Sucá – Permanente y temporario

La fiesta de sucot se llama así debido a la sucá en la cual residimos durante la festividad. La sucá es una construcción temporaria con un sjaj (cobertura), es decir un techo hecho de plantas (ramas o esteras). La sucá está construida como una residencia temporaria – una casa donde se vive por un corto período. En la Torá dice: “Te alojaréis en cabaña siete días” (Levítico 23, 42) y los sabios comentaron: “Dice la Torá durante todos los siete días saldrás de tu residencia fija y vivirás en una residencia temporaria” (Talmud babilónico, tratado de Sucá 2a). Basado en este principio, los sabios reglamentaron leyes para asegurar que la sucá responda tanto a la definición de vivienda – lugar digno para vivir, como a la definición de temporaria. Para comprobar que es un lugar digno para vivir, establecieron una altura y tamaño mínimo para que una persona pueda residir, y un número mínimo de paredes – tres (aunque la tercera puede ser pequeña). La prueba de lo temporario está en la cobertura: debe estar hecho de plantas, sin ningún cemento. Debe ser colocado antes de la fiesta, no puede permanecer de un año para el otro.

Diversos exégetas interpretaron de maneras diferentes los preceptos de la sucá, su objetivo y con qué valores se relaciona. Rashba»m* comentó (sobre Levítico 23, 42) que la salida a una residencia temporaria en esta época del año, cuando se recolecta la cosecha, le recuerda a la persona que debe ser humilde: “Di-s estableció la fiesta de sucot en el tiempo de la recolección del grano y la uva para que el corazón no se envanezca por tener la casa llena de cosas buenas, para que no digan (los hombres): este es el fruto del esfuerzo de nuestras manos”. En el jasidismo ven la sucá temporaria como una metáfora del mundo terrenal, que este mundo es temporario y sólo estamos aquí de visita. Y la aspiración de la persona debe ser llegar al mundo venidero. Como lo explica el autor del “Sfat Emet” (Deuteronomio 15): “Para los judíos, este mundo es temporario, su residencia principal está arriba”. Y el rabino Eliahu Eliezer Dassler escribió en su libro “Mijtav MeEliahu”: “La sucá es una residencia temporaria, es como una resignación a la existencia terrenal”. Entre los comentaristas, hay quienes explican que vivir en una residencia temporaria es un principio de igualdad social, en el cual el hombre se desprende de sus bienes y todos son iguales en sucot. Filón de Alejandría relacionó el concepto de igualdad con la estación de año en la cual se festeja sucot, el comienzo del otoño: “la última festividad del año se llama Sucot y se celebra en el equinoccio [[… de aquí aprendemos […] que debemos honrar la igualdad y rechazar la desigualdad” (“Sobre las leyes”, artículo 204).

En la fuente arriba citada, los sabios tomaron la división entre la residencia temporaria y la residencia permanente y la invirtieron. Según el talmud, la sucá se convierte en la casa permanente durante la época de la festividad. El talmud describe esta transición: la persona traslada su mobiliario y enseres de su casa a la sucá, y allí hace las mismas actividades que suele hacer en su casa como dormir y comer. Así, la sucá pasa a ser durante una semana una residencia permanente. Sin embargo – esa “casa” no es un lugar estable que brinda seguridad. La sucá está expuesta a los factores climáticos y puede ser destruida con facilidad o ser trasladada de un lugar a otro. Convertir esta residencia temporaria en nuestra casa por una semana, nos conecta con el deambular de los hijos de Israel en el desierto, con la época en la cual sus casas eran inestables y temporarias – antes de que entraran a la tierra de Israel y construyeran sus casas permanentes.

Podemos aprender de los sabios sobre la posibilidad de introducir lo permanente en la vida temporaria y lo temporario en la vida permanente, también en lo cotidiano, no sólo en sucot.